No cabe duda de que hoy en día, los lenguajes más hablados son el visual y el audiovisual. Los libros se han cambiado por pantallas de las cuales recibimos semejante cantidad de información, que ha sido necesario crear una asignatura para poder entenderla. Este cambio en la forma de publicitar e informar (entre muchos otros), ha sucedido con un periodo de transición bastante acortado.

Que la imagen empezara a integrarse en la vida cotidiana de la sociedad global, no se vio bien en un principio. Claro está, que como siempre se ha dicho, le tenemos miedo al cambio. La comunicación siempre se había dado de la misma forma; en forma de escritura y usando la expresión verbal como herramienta de conjugación (claro que con sus renovaciones y desarrollos).

Pero claro, en este lenguaje universal, hay dos sectores que deben poner de su parte para seguir desarrollándolo. Estos son, los emisores y los receptores dependiendo del contexto de la situación. Ambos tienen un papel de protagonista en esta obra, ya que son los sujetos que nos hacen posible comunicarnos mediante el código de la imagen. El emisor tiene un papel de alta responsabilidad, ya que debe conocer el funcionamiento de la imagen y saber expresarlo de manera correcta (“con transparencia y respeto”). No obstante, el receptor debe tener adquiridos una serie de conocimientos para ejecutar la petición que se le ha comunicado de la mejor manera posible.

Sin darnos cuenta, nosotros mismos le hemos dado el poder a la imagen de convertirse en dueña de la comunicación. Sin embargo, este hecho no es malo, ya que ha significado un gran progreso en nuestra sociedad, pero hay sujetos, que aprovechan esta herramienta para hacer el mal o mentirnos. De esto mismo nace la importancia de saber entender los distintos factores que forman la imagen. El sentido visual es imprescindible en el mundo laboral y cotidiano en el que vivimos. Debemos conocer el mundo audiovisual para poder conocer cómo funciona verdaderamente nuestro mundo; como se mueve, y prever sus posibles movimientos (mediática e internamente hablando).

En resumen, la imagen es la culpable de que el mundo se encuentre en las condiciones en las que se encuentra (en el buen o el mal sentido, ya que esta interpretación depende de las creencias e ideología de cada uno). La comunicación y el arte llevaban ya muchos años en desarrollo (durante las Guerras Mundiales en forma de publicidad o el Arte nuevo en forma de arte modernista). Lo que dio paso de manera indirecta, un cambio radical. Como dijo Miguel de Unamuno: “renovarse o morir”, y por eso, se nos presentó el salto que necesitábamos para seguir con nuestro desarrollo.